Y continuó: "En seis días, Tomasito cumple seis años. Nació con hidrocefalia y espina bífida, sin esperanza alguna de sobrevivir. Hoy, frente a todos los malos pronósticos de entonces, está con nosotros, gracias a Dios, a nuestra inmensa fe. Hoy nos besa, nos abraza, nos dice mamá y papá. Y va progresar más, va hablar y va a caminar".
Y con su voz entre quebrada, dijo que "el padre Marcelo entendió nuestra necesidad espiritual. Fue solo instrumento de este precioso milagro. No merece que se maltrate con palabras tan duras y feas. No lo merece, solo personas de poca fe y sin amor pueden dirigirse así. No tuvimos fiesta, la fiesta fue de Dios en el cielo por nuestro matrimonio. Solo estuvimos con mis hermanos, cuñados y mi madre". Rueda resaltó que "después de la ceremonia cada uno se fue a su casa. Seguramente, quien no haya pasado lo que a nosotros nos tocó vivir, no lo comprenderá".
Asimismo, se preguntó: "¿Por qué tanto odio? Por qué tanta maldad hacia nosotros y hacia el padre Marcelo?".
Además, argumentó que "en cualquier súper, tienda o cajero hay más personas de las que hubo en nuestra ceremonia".
Y concluyó: "Eternamente agradecida al padre Marcelo Bravo y a Gustavo Olmos que fue quien bendijo nuestra unión matrimonial".