Preocupación
Tiene motivos para estar preocupado el ex gobernador Gustavo Bordet, a raíz de la investigación por el supuesto pago de coimas a funcionarios para sostener contratos de vigilancia y seguridad con Enersa.La investigación que llevó a la cárcel a Claudio Raúl Tórtul y Marcelo Javier Tórtul, dueños de agencias de seguridad privada en la provincia, ha generado inquietud a ambos lados de la Plaza “Mansilla”, por las derivaciones escandalosas que podría tener, a raíz de que funcionarios provinciales y autoridades de Enersa habrían recibido sobornos millonarios para adjudicar el servicio de seguridad y vigilancia de la empresa distribuidora de energía de la provincia a la multinacional sueca Securitas.
Allí aparece el nombre de José Gervasio Laporte, ex secretario Legal y Técnico y síndico de Enersa hasta su fallecimiento; pero también se menciona al ex gobernador Bordet como supuesto destinatario de pagos indebidos.
Hace unos días, en una entrevista con Canal 9 Litoral, Bordet aseguró que nunca tuvo relación con los hermanos Tórtul, ni ha hablado por teléfono ni ha tenido intercambios de mensajes con ninguno de ellos, y consultado específicamente por la investigación que los tiene detenidos explicó que “el gobernador no tiene ninguna injerencia sobre las sociedades anónimas del Estado, salvo con los directores que nombra y que representan al Poder Ejecutivo. Pero el sistema de licitación que realiza Enersa lo hace sin pasar por los registros de control del Poder Ejecutivo ni del gobernador”.
De hecho, los auditores a cargo de la investigación interna de la multinacional Securitas advierten que los hermanos Tórtul alardeaban de sus vínculos “con el gobernador”, “con la gobernación” y mencionaban reuniones que mantenían en Casa de Gobierno.
Sin embargo, en la auditoría se detectó el pago de una mensualidad a favor de Laporte, a quien en enero de 2019 también le regalaron un automóvil Toyota Ethios que hicieron figurar a nombre de su esposa; y coimas que habrían pagado a directivos de Enersa.
En la causa están imputados Marcelo Morales, gerente legal de la empresa de energía e hijo del ex procurador general Héctor Daniel Morales; el ex gerente general Juan Carlos Pimentel, hoy representante en el directorio por el Sindicato de Luz y Fuerza; y el ingeniero Alejandro Cis, gerente de logística, a quien los hermanos Tórtul mencionan en correos electrónicos como beneficiario de una mensualidad que pagaba Tornell.
Negocios son negocios
Los hermanos Tortul desembarcaron en Enersa en tiempos en que Jorge Busti era gobernador y siguieron vinculados a la prestación de seguridad durante las gestiones de Sergio Urribarri y Gustavo Bordet.Inicialmente, Enersa había contratado el servicio de seguridad con El Guardián, la empresa de los hermanos Tortul; y desde 2008 a Securitas Seguridad Holding, cuando la multinacional sueca compró las acciones y la cartera de clientes de la empresa paranaense.
La investigación a cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado y el fiscal Fernando Domínguez determinó que al menos entre 2016 y 2018 funcionarios provinciales y ex directivos de Enersa habrían recibido pagos millonarios a cambio de mantener los contratos y otras formas de influencia.
Estos sobornos, que se estiman en cifras millonarias, habrían sido pagados por empresarios y contratistas que buscaban obtener ventajas en las licitaciones públicas y otros negocios con el Gobierno de Entre Ríos.
El dinero para las coimas provenía de una sobrefacturación por los servicios que Securitas le prestaba a Enersa desde hacía varios años, aunque también se desviaban fondos a través de Tornell SA, una empresa creada por Claudio Raúl Tortul y Daniel Eduardo Carbonell para disimular en la contabilidad de la multinacional que las erogaciones por supuestos trabajos de consultoría en realidad tenían como finalidad el pago de sobornos a funcionarios públicos.
Los investigadores no han podido determinar el monto de esos sobornos, pero entre 2016 y 2018, estiman que multinacional le habría abonado a Tornell, por falsos servicios de consultoría, una suma que asciende a 22.541.554,06 pesos, según documentos aportados por empleados de Securitas en una investigación interna de la compañía y que luego fueron entregados a la justicia.
Laporte, una suerte de monje negro del peronismo entrerriano, habría recibido sobornos para beneficiar a Securitas con el contrato de locación de servicios que le fue adjudicado el 27 de marzo de 2017, por dos años, que luego se prorrogó por dos años más, a partir del 1 de abril de 2019, y por decisión unilateral del directorio de Enersa.
Ese contrato fue luego cedido por Securitas a una tercera empresa, Segar Seguridad SA, también vinculada a los hermanos Tórtul, a la que además le pagaron 20.347.774 pesos en concepto de “cuota de contingencia” para compensar el riesgo que asumía por mantener a empleados de Securitas para seguir prestando el servicio a Enersa. Sin embargo, ese dinero habría sido desviado para el pago de sobornos a directivos de la empresa de energía y funcionarios provinciales a cambio de que agilizaran la habilitación de Segar para que pudiera prestar servicios en Entre Ríos.
Empleados de Securitas que declararon en la investigación interna dijeron que la multinacional decidió ceder ese contrato porque “estaba afectado por malas prácticas” y que los Tortul presionaron para que se hiciera una “cesión”, en lugar de cancelarlo, para evitar que Enersa tuviera que llamar a una licitación pública.
¿Una reunión “en la oficina del gobernador”?
Directivos de Securitas dijeron haber escuchado de boca de los hermanos Tórtul sobre una reunión “en la oficina del gobernador” para discutir el tema, de la que habrían participado, además, “el presidente (Jorge González), directores, etcétera de Enersa”; y en un correo electrónico mencionan al gobernador Bordet como destinatario de un pago.Laporte, por su parte, recibió un automóvil cero kilómetro. En un mail fechado el 1 de diciembre de 2018, que Claudio Tórtul envía a su hijo Ramiro y a su hermano Marcelo, les advierte: “Tenemos que comprar al menos el auto del Negro… Esto urge o la semana que viene nos peleamos con el Negro”.
No hubo pelea y Laporte recibió el Toyota Ethios. Así lo describe Claudio en un correo electrónico a su hermano e hijo: “Si podemos, lo retiraría el viernes (25 de enero) y se lo entregaría el domingo en casa al Negro, valoriza más la gestión y pago que han hecho, y me reúno a charlar de negocios, así está de buen ánimo”.
En un mail posterior, fechado el 28 de enero, Claudio Tórtul agrega: “Después vamos a hacer el negocio, si le dije que la semana que viene tenemos que pagar la parte de Bordet, la del Negro está con el auto”.