También ayer me había contado que la seguía peleando, que había conseguido volver a pararse y a dar algunos pasos, tras la última operación en la columna. Su voz, como siempre, sonaba esperanzada.
José Antonio Persigo falleció a los 62 años. Desde hace ya décadas se desempeñaba como Coordinador Institucional del Centro de Comercio, Industria y Servicios de Concordia. Aunque sea complejo resumir su intensa vida, sabemos que supo fundar una familia con varios hijos; que pasó por P5, aquella embotelladora de soda reconocida en otras épocas; que fue impulsor de los encuentros de Centros Comerciales de la Costa del Río Uruguay y que la Unión de Parlamentarios del Mercosur lo eligió para dirigir el Foro de Conservación del Río Uruguay y el Acuífero Guaraní, a sabiendas de su enorme compromiso con la causa y su pasta de hacedor.
“Cuchino”, como lo apodaban sus amigos, tuvo tiempo para escribir varios libros. Siempre pensaba en grande. Por caso, cuando bregaba por la instalación de un teleférico que atravesara el río Uruguay y facilitara la unión entre Concordia y Salto, aprovechando la altura de las barrancas.
Las amistades que supo sembrar son en sí mismas un símbolo de la integración. Es que para su don de gente no había frontera política ni geográfica. Argentinos, brasileños, uruguayos, paraguayos… en fin, José no sólo conocía a muchos, sino que estaba atento a la vida de cada cual.
Todos los que tuvimos la Gracia de tratar con él supimos de su particular fascinación por los juegos de palabras. Siempre tenía algún chiste a flor de labios, de esos que te dejan pensando, surgidos de un humor sano, positivo. Ese humor y esas energías que también volcaba en otra pasión: el rally entrerriano. Habrá "peñas" de "fierreros" que de aquí en más extrañarán su presencia.
Por estas horas en que Concordia se apresta a elegir a sus futuras autoridades, valoremos que la construcción de la ciudad comienza desde abajo y tiene en soñadores, en idealistas, en buenos tipos como José, motores insustituibles.
José Persigo estaba convencido de que había que fortalecer a las instituciones de la sociedad civil y a ello se entregó sin cálculos de costos-beneficios. En honor a él y a su legado, que esa lucha no decaiga.