Según explicó la autora, “este es un pequeño proyecto artístico escultórico de intervención de la naturaleza urbana, que estoy llevando a cabo desde hace un tiempo corto en compañía de mi amiga @mariasolreinaroja”. Y contó: “Ambas salimos a caminar por la ciudad llevando nuestras obras a cuesta y realizamos registros fotográficos de las mismas”.
Respecto a cómo están realizadas, indicó que “trabajo modelando máscaras de pasta de aserrín y harina, camino hasta encontrar un árbol que me parezca hermoso, pego la máscara, hago el registro y la dejo en el lugar”.
“El proceso utiliza la relación aserrín-árbol. Eso lo hace aún más interesante; volver a la vida por medio del modelado”, explicó la escultora.
Arte efímero
“Pasado el tiempo suficiente, la máscara se desintegra de forma natural, sea por el clima o los insectos ya que hasta la patina es biodegradable”, expresó. Se trata de elementos usados “con la intención de estar hoy y de esta forma y en un tiempo con los cambios climáticos irá cambiando por la humedad, los hongos, el viento, la lluvia...”.“Mi intención es provocar la sensación de un misterioso encuentro con otro, un otro que es árbol y está vivo, pero con el que a veces no logramos conectar, un otro al que le proporciono de forma provisoria un rostro y una altura humanos”, concluyó la artista.