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El intendente de Concordia, Francisco Azcué, conocido por sus dotes de intérprete del acordeón, salió en defensa de un joven acordeonista, Juan Pablo Torales, a quien inspectores municipales le prohibieron tocar en la peatonal.

Azcué, mediante un posteo en redes sociales, cuestionó el accionar del personal municipal, al considerar que hicieron una “mala aplicación de una ordenanza”. En consecuencia, anunció que se iniciará un “sumario de investigación para establecer responsabilidades”.

El presidente municipal aprovechó para mandar un mensaje: “La ejecución de un instrumento no puede constituir nunca una contravención, cuando se practica con respeto y sin afectar el orden público. El Estado debe perseguir a los narcos y mafiosos, no a los músicos”, remató.
Torales también había empleado las redes para denunciar el episodio que le impidió seguir tocando. Este fue su mensaje:

Hola Soy Juan Pablo Torales, músico acordeonista de la ciudad de Concordia, Estudiante de 6to año de la Escuela Gerardo Victorín, ex Comercio 1.

Apasionado de la música heredada de mí familia y que con mucho orgullo y amor soy la 5ta generación de músicos de apellido Torales que difunden está música regional. A menudo frecuento la peatonal de mí amada ciudad de Concordia para mostrar y compartir mi trabajo musical a toda la gente que guste escuchar, sin amplificación, con el simple hecho de hacer sonar mí acordeón, para regalar lo que con tanto amor aprendí hacer: Música.

Quiero dejar en claro que está actividad la llevo a cabo no por una necesidad económica sino por amor a la música que llevo en mi sangre.

En el día de la fecha, mientras mostraba mí arte en la peatonal de Concordia, dos inspectores municipales, en Buenos términos, me solicitaron que me retire y me informaron de una nueva ordenanza municipal, que prohíbe la venta ambulante y el arte callejero. Si bien, no tiene relación una actividad con la otra, ya que una es una actividad comercial y la otra es una actividad artística, aquel que quiere colabora o no sin obligación. Al ser notificado, sin cuestionamientos guarde mí instrumento y me retire del lugar con un sabor amargo y una tristeza que me invadió el cuerpo y mientras caminaba pensaba, "que poco lugar y que poco interés se le da a un adolescente que valora su cultura y quiere crecer musicalmente". Evidentemente, quienes trabajaron en esa ordenanza ignoran la importancia del patrimonio cultural y del arte local. Como persona educada tomé mis cosas y me retire cuando me lo solicitaron, pero no quiero dejar de manifestar mi malestar y mi desacuerdo por qué si algo tengo bien en claro, es que a nadie eh molestado, ni molestare.

Y pienso que es lamentable el grado de desinterés por quienes pusieron en vigencia está lamentable ordenanza.

Lamentablemente la peatonal se quedó sin esos ratos de música y de interacción social con quienes sentimos la música como algo más allá de un simple acordeonista en un cantero.
Fuente: El Entre Ríos

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