Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Hace 10 años, las principales ciudades del Departamento Colón se ilusionaban con la rúbrica de un convenio multilateral, que se presentaba en sociedad como una solución histórica a un problema siempre latente como es el mantenimiento de las calles.

El rescate de una máquina en desuso, perteneciente a la Municipalidad de Colón, capaz de producir adoquines para cubrir de pavimento articulado a toda una región, parecía ser la base de esa solución: Colón, San José, Ubajay y Villa Elisa serían los destinatarios de su producción, “en una muestra más de políticas de unión y asistencia en lo que se refiere a la mancomunidad”.

Por contar con el espacio adecuado, y a modo de reconocimiento por su condición de propulsora del proyecto, los intendentes coincidieron en que el lugar más propicio para la ubicación y puesta en funcionamiento de esta bloquera sería la “ciudad jardín”.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Traslado de la máquina, en desuso, de Colón a Villa Elisa. Agrandar imagen
Traslado de la máquina, en desuso, de Colón a Villa Elisa.
En tanto, los costos de materiales y personal que requiriera su puesta a punto serían asumidos conjuntamente por las cuatro municipalidades que habían suscripto el convenio y, de igual modo, la producción sería distribuida en forma equitativa tanto para sus respectivas calles como espacios públicos.

Transcurrida una década desde el año 2012, la máquina no solamente siguió un derrotero que la dejó otra vez fuera de funcionamiento, sino que sus adoquines nunca llegaron a salir de la ciudad de Villa Elisa, dejando en el camino la razón de ser del convenio de la Mancomunidad “Tierra de Palmares”.
El destino de la bloquera
“Hoy no se está usando”, a partir de que se volvió a implementar la compra de adoquines de fábrica, confirma a El Entre Ríos el secretario de Gobierno y Hacienda de la Municipalidad de Villa Elisa, Ariel Kreiman.

“La bloquera funciona, pero no estaba dando la calidad de adoquín esperada y, “al ser una máquina un poco vieja y no estar tan automatizada, llevaba a que no se logren adoquines de excelente calidad” y, por otro lado, “la eficiencia que tenía de producción diaria hacía un poco más ineficiente el proceso”.

“Terminaba teniendo un costo prácticamente igual que la compra de un adoquín de fábrica, que sale con todos los controles y chequeos de calidad”, contrastó el funcionario municipal.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Tiempos de producción en la “ciudad jardín” (archivo EER). Agrandar imagen
Tiempos de producción en la “ciudad jardín” (archivo EER).
Hace un tiempo, “desde Colón consultaron por la bloquera y se les informó que sigue en el mismo lugar, porque es algo que está bien instalado en un corralón de nuestra ciudad, bajo techo”, con lo cual dejó entrever cierto interés del gobierno de José Luis Walser, al menos por la suerte que corrió esta maquinaria.

Consultado por la distribución de los adoquines entre las localidades, surge que la interpretación de Kreiman acerca del convenio es otra: “Era un convenio específico de préstamo de la máquina a la ciudad de Villa Elisa y establecía que, en el caso de que el municipio de Colón solicite adoquines, nosotros debíamos darle prioridad en la venta”.

No obstante, “nunca solicitaron, el 100% de esos adoquines que se elaboraron fueron de uso propio para la ciudad de Villa Elisa”, afirmó ante la repregunta acerca de si, en algún momento, se llegó a producir pavimento articulado para otros lugares.
Época de producción
Una vez trasladada al corralón municipal “Florentino Chaulet” de Villa Elisa, la bloquera debió ser puesta en condiciones generales, mientras que su instalación requirió la construcción de una base de hormigón donde colocar una de sus partes.

En sus mejores épocas, contó con cinco operarios que llegaron a producir hasta 2 mil adoquines diarios y reunir un buen stock de mercadería, que permitió cubrir unas 15 cuadras (con unas 33 mil piezas cada una) de la “ciudad jardín”. Sin embargo, en cada jornada de trabajo la máquina presentaba algún problema técnico que frenaba la producción, ya sea por alguna cadena o las propias vibraciones.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Producción propia, en etapa de reposo (archivo EER). Agrandar imagen
Producción propia, en etapa de reposo (archivo EER).
Con piedra partida y arena como principales materiales, el proceso de fabricación a través de esta máquina llevaba entre 20 y 25 días: tras tomar forma en los respectivos moldes, los adoquines iban a una pileta donde los esperaba un curado de 24 horas y luego cumplían un período de estacionamiento.

Colocarlos significaba preparar el suelo de la misma forma que para una obra de asfalto en frío, retirando el ripio existente, compactando con broza y un porcentaje de cemento y haciendo una carpeta de arena, hasta encastrar artesanalmente los adoquines -una pieza con otra- y, finalmente, sellar toda la superficie.

Pero los problemas técnicos se repetían y la cantidad de adoquines “de segunda” que se acumulaban por día iban a parar a algunos caminos de la zona rural, lo cual condujo a la decisión de parar la bloquera y detener la producción unos pocos años después de haber sido puesta en marcha.
Asumir el costo
Las 15 cuadras que llegaron a cubrirse con pavimento articulado de producción propia en la ciudad de Villa Elisa presentaron serios inconvenientes en el transcurso del tiempo.

“Recientemente, se ha tomando la decisión de reemplazar adoquines en algunas cuadras que se encontraban muy deterioradas, ya sea integralmente o por partes”, dio a conocer el titular de Gobierno.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Colocación de nuevas piezas en calle Castelli. Agrandar imagen
Colocación de nuevas piezas en calle Castelli.
En total, “se reemplazaron dos cuadras completas hasta el momento”.

En esos casos, “el frentista no debe volver a pagar: se hace cargo la municipalidad -según Kreiman-, asumiendo el costo que se trató de un material de adoquín que no aguantó la resistencia, porque en realidad era una obra que debía durar más de 20 años”.
Fuente: El Entre Ríos

Enviá tu comentario