Gini expresó que “a medida que se fue obteniendo más conocimiento sobre el virus se fue modificando el abordaje sanitario sobre la enfermedad, por ejemplo al principio eran 14 días de aislamiento y se requerían dos PCR negativos para dar el alta. Luego se descubrió que el PCR lo que logra es detectar una pequeña porción del gen que puede estar en el virus vivo o muerto, por lo que el paciente infectado después de 10 días de aislamiento no contagia más sino que transmite células muertas que no desarrollan la enfermedad. Esto ya está definitivamente comprobado, salvo en los casos de inmunodeprimidos en los que el aislamiento se extiende a 15 días y se les debe practicar una PCR negativa por el riesgo particular que tienen estos pacientes”.
Además expresó que “los menores de edad se pueden contagiar, no están exentos si bien hasta ahora no ha habido casos masivos. De hecho cuando San Juan reabrió la actividad presencial escolar, tuvieron que frenar y eso sucede porque los chicos contraen la enfermedad debido a la interacción. Es decir: jugar, cantar, gritar, estar juntos y el contacto físico al que son propensos, facilita la infección”.
“En estos momentos la cantidad de personal de salud afectado es del 3 por ciento, llegamos a tener entre el 6 y 8 por ciento en este grupo sanitario”, puntualizó.
Gini arremetió contra la teoría de la inmunización del rebaño sostenida por muchos sectores. Al respecto aseveró que “la denominada teoría de la inmunización del rebaño, como sucedió al principio en el Reino Unido en donde debieron cambiar el enfoque y lo que está sucediendo en Suecia, donde se siguió con ese modelo y el fracaso ha sido dramático. En estos momentos las terapias intensivas de Estocolmo están colapsadas y el gobierno sueco está pidiendo ayuda porque está desbordado. Y esto sucede así porque cuando llega la primera ola de un virus como este, solamente quedan inmunizados entre un 10 a un 15 por ciento de la población, por lo tanto le queda mucha tela para cortar a la enfermedad en una segunda ola, que siempre suelen ser mucho más intensa y dañina que la primera. Esto se mueve por brotes, hace picos cada determinada cantidad de semanas pero cada uno de ellos, en una segunda ola, es más alto que el anterior. De ahí la necesidad de vacunar por la incidencia que puede tener un segundo brote”.
Segunda ola y vacunación
Gini también fue contundente al afirmar que “sin ninguna duda en Gualeguaychú como va a pasar también en el resto del país se va a producir una segunda ola, esto va a ser indefectible. Cuando un virus es muy contagioso termina siendo muy letal porque abarca a mucha gente, algo que sucede con la nueva cepa del COVID-19 detectada en Sudáfrica que afecta con mucha severidad, complicaciones y muertes a jóvenes de hasta 20 años”.Asimismo, el médico explicó que “en Gualeguaychú se prevé que la vacunación que podría comenzar a partir de la segunda quincena de enero y no antes y eso depende mucho respecto de la llegada de las dosis y también de los insumos necesarios para poder vacunar masivamente, porque no es solamente la vacuna lo que se necesita”.
Días complejos por venir
Según puntualizó Gini, “en los últimos 15 días en nuestra ciudad, hemos tenido internados de todas las edades, desde 30 años para arriba y muchos mayores de 60 tuvieron que pasar a terapia intensiva. En lo que va del año solamente en una de las dos salas COVID del hospital, ya llevamos 380 pacientes estuvieron internados, de los cuales 17 fallecieron y unos 30 debieron ser llevados a terapia intensiva. Insisto: esto sucedió solamente en una sola sala”.Finalmente, el médico afirmó que desde los sectores con responsabilidades de Gobierno “se debe transmitir un mensaje adecuado y coherente y lo que no se puede hacer en un Municipio es liberar la cantidad de gente permitida en las celebraciones argumentando que total lo van a hacer igual. Con ese mismo criterio, hagamos lo mismo con la delincuencia, con la violencia contra la mujer o contra el abuso a los menores de edad, total eso va a seguir ocurriendo por más que pongamos límites”.