La gestión municipal de Francisco Azcué, a través de la Secretaría de Desarrollo Humano que timonea Sebastián Arístide, puso en marcha durante 2024 el Plan Relevar, destinado a afinar el diagnóstico. Encuestadores fueron casa por casa, barrio por barrio, recabando datos que –aseguran- han permitido cuantificar, dimensionar y priorizar las principales urgencias de cada sector de Concordia, atento a que cada zona tiene sus problemas específicos.
Es de ese relevamiento de donde surge la constatación de algo escalofriante. En pleno siglo XXI, Concordia tiene más de 2000 habitantes que no saben leer y escribir, el primer escalón del conocimiento, del pensamiento propio elaborado, del derecho a la información, de la cultura, del derecho al trabajo, de la capacidad de elegir, de la mismísima democracia y de la república.
¿Qué hacer ante la imagen dramática que devuelve el espejo de Concordia a base del Plan Relevar? Es sabido que el sistema educativo formal depende del Estado provincial. Y está claro que esos 2000 analfabetos documentan que las cosas en las últimas décadas no han salido bien y que la obligatoriedad de primaria y secundaria quedó sólo en los textos legales.
Así las cosas, la Municipalidad de Concordia ha decidido hacer su aporte para salvar del analfabetismo a los “relevados”, yendo a sus casas para invitarlos a aprender a leer y escribir en 7 meses, mediante el programa bautizado “aprender sin límites”.
Una de las protagonistas de esta iniciativa es la profesora Sonia Galeano. “Soy profesora para la enseñanza primaria y como tal ejercí en algunos años. También soy profesora para la enseñanza secundaria, profesora de lengua del viejo profesorado de castellano, literatura y latín y también tengo una tecnicatura superior en grafología, más específico de la escritura”, contó, en diálogo con el programa Despertá Con Nosotros, por Oíd Mortales Radio. “32 años ejercí la docencia en el nivel primario y secundario, en todas las clases sociales, porque por ahí eso es lo que hace la diferencia, conocer cada ambiente”, enfatizó.
Galeano reconoció como algo “gravísimo que una persona en este siglo no sepa leer y escribir y en Argentina, que fue un país que ya sabemos que estaba primera en Latinoamérica y hoy está entre los últimos”. Pero enseguida resaltó la necesidad de poner manos a la obra para enfrentar el problema.
Precisó que “el plan prevé tres encuentros por semana. Hay gente que seguramente trabaja o tiene actividades. Entonces, tratamos de encontrar el mejor horario”.
Explicó que “los alfabetizadores son docentes que van a llegar al domicilio de cada persona que no sabe leer ni escribir y van a conversar. Nosotros hacemos capacitaciones para hablar con la gente cara a cara. Si yo conozco a alguien y me visita más de una vez y me habla de algo tan importante y bueno, yo creo que el encuentro y el conocimiento de quién es el que va a hacer ese trabajo y dónde va a estar y cómo va a llegar y todas las facilidades que se les va a dar ayudará a que concurran. Obviamente, no es obligación. Puede haber gente que diga ‘yo para qué voy a hacer eso’. Pero se puede hacer también una movida barrial, contando que fulano aprendió a leer y la persona cambia. Hay una cuestión de dignidad, es una cosa que dignifica y que la persona la siente. Quizás a ellos no les podemos decir ‘esto es dignidad’, pero la dignidad se puede sentir, la persona puede sentir su cambio”, resaltó.
Galeano explicó algunas características del “Aprender sin límites” que, a su entender, diferencian esta iniciativa de otras similares. “Este plan, lo que tiene como ventaja es que la persona va a ir a aprender a leer y escribir en poco tiempo pero con mucha ejercitación. Todos los ejercicios son secuenciados y cuando termina tiene que saber leer y escribir, a menos que tenga algún problema de salud o algo así. Lo importante es que reconozca, que pueda leer cualquier tipo de letra”.
La cursiva, indispensable
¿Qué tiene la cursiva? “Tiene los lazos, las uniones y eso fomenta las relaciones lógicas. Si se puede hacer mucho pasaje de imprenta a cursiva, la persona puede aprender mucho más fácil. No se les facilita solamente el aprendizaje de nivel primario, sino también en el secundario y la universidad, porque hoy hasta los chicos de la universidad tienen problemas para aprender”, admitió.
“La letra cursiva –amplió- es la que mucha gente aprendió hace muchos años. Hoy hay escuelas que lo están retomando, que están exigiendo otra vez la cursiva, pero por mucho tiempo se dejó de exigir, de dar, y hay chicos que han llegado a la secundaria sin saber la cursiva, una cuestión que por ahí también dificultó mucho el aprendizaje. Porque el aprendizaje, cuando una persona escribe en cursiva, tiene otro impacto en el cerebro, genera otras relaciones lógicas. La manuscrita es importante, es escribir a mano en cualquier letra, pero a su vez incorporar la cursiva es crucial. En este plan, en este cuadernillo y durante los meses que dura, está prevista mucha práctica, sobre todo de la motricidad fina”.
La coordinación con el CGE
¿Cómo se articula este plan municipal con las acciones que llevan adelante desde la provincia a través del Consejo General de Educación? ¿Hay previsto algún tipo de coordinación entre provincia y municipio?- Se está trabajando en esa coordinación. La educación es una cuestión urgente. Creo que la provincia, en este momento, si vos vas a los barrios y hablas en iglesias, en todos lados, está trabajando con el tema de alfabetización; o sea, la provincia también está trabajando. Cuantos más espacios haya, mejor. Tenemos que facilitar todos los accesos a la gente que no sabe leer y escribir, porque es una cuestión urgente. Por ejemplo, está la escuela Fray Luis Beltrán, una de las instituciones destinadas a trabajar el problema del analfabetismo. La gente, si quiere terminar la escuela primaria, puede hacerlo. Pero desde la Municipalidad hacemos un proceso que tiene que ver con acercarse a la persona, el alfabetizador se acerca y lo busca. En las instituciones, por lo general, están haciendo mucho, pero están poniendo carteles en la iglesia, por ejemplo.
La conexión acá será, una vez que la persona se da cuenta de la importancia que tiene la lectura y la escritura y quiere seguir progresando, darle ese puente y decirle ‘mira, para terminar y tener un certificado de primaria, tenés este lugar y este otro.
Sonia Galeano insistió en una cuestión crucial: ir al hogar de cada persona identificada como analfabeta para convencerlo de dar el paso.
“Si alguien llega a tu casa y te invita es otra cuestión. Y te invita una vez, te invita dos y te invita tres. Yo creo que ahí hay una diferencia y no hay una incompatibilidad porque, si bien cada uno tiene su función, su rol, el municipio, la provincia, creo en el trabajo en conjunto, de una vez por todas, en equipo”, concluyó.