Sin lugar a dudas, estamos inmersos en una revolución digital que no solo trae consigo nuevas apps o elementos tecnológicos como la inteligencia artificial, sino también nuevos rostros, nuevas marcas y nuevas celebridades que se abren paso en la industria del entretenimiento. Entre los íconos que vienen con este fenómeno, nos encontramos con Anabel Sánchez, quien alcanzó la popularidad gracias al algoritmo avasallante de TikTok. Impulsada por el sueño de convertirse en modelo, la joven oriunda de Francisco Solano decide grabar un video para un casting de moda de la revista Vogue.
En el video, Ana tuvo que presentarse en inglés (idioma que aprendió observando videos de moda) y desfilar. De manera inmediata, muchas personas quedaron cautivadas con la seguridad de Anabel al desfilar y, sobre todo, teniendo en cuenta que lo grabó en el exterior de su casa, con sus paredes de ladrillo hueco y cemento, algo muy representativo de la mayor parte de los hogares argentinos. Recibió críticas y burlas, pero la difusión de su video le cambió la vida; es parte del staff de Multitalent, la misma agencia que tiene como modelos a Eugenia “la china” Suárez , Evangelina Anderson y la entrerriana Valeria Mazza, quien se ha proclamado como su madrina en este nuevo camino hacia las pasarelas. El 18 de septiembre de este año, debutó en la pista del Bailando 2023 y brilló junto a su partenaire, Ernesto “Tito” Díaz.
Las dificultades económicas de su familia la llevaron a renunciar a uno de sus máximos sueños: ser patinadora artística profesional. Sin embargo, decidió apostar por otro de sus amores: el modelaje. Se compró un celular y comenzó a tomarse fotografías artísticas que pronto seria su fuente de escalón hacia sus sueños.
Las redes sociales dieron a luz a esta joven de Solano, quien sufrió rechazos con tinte discriminatorio por parte de distintas agencias de modelo y hasta bullying escolar por su aspecto físico. En su niñez, sufrió violencia física y verbal por parte de su padre y en varias ocasiones, pasó hambre.
Una nueva generación de artistas y celebridades está arribando a la escena argentina, y Ana, viene a desmentir un poco el mito de que los jóvenes no quieren salir adelante. Ella es la referente de una parte de la sociedad que vive en la marginalidad económica, pero que, aun así, está en un constante pedaleo hacia sus sueños y que muchas veces asoman en Instagram o TikTok, esperando a ser descubiertos. O, en otras palabras, pueden ser vecinos, amigos o incluso familiares nuestros, que estudian y trabajan por sus propósitos y que, basta solo con salir de nuestra burbuja, abstenernos de juzgar y observar a aquellos eternos soñadores y sobrevivientes de los prejuicios y las crisis sociales, que atraviesan a nuestra sociedad argentina.
