Manos a la obra, busquemos todos los ingredientes necesarios.
¿Qué necesitamos?
200 g. harina de centeno
100 g. harina 000
30 g. levadura
180 c/c agua
10 g. sal
20 g. azúcar mescabo
30 g. manteca
Opcionales:
Avena
Semillas de girasol, limo, sésamo, zapallo, etc.
Para comenzar este pan mezclaremos las dos harinas, la sal y el azúcar. Aclaramos aquí que el azúcar mascabo es un azúcar de caña integral no refinada, de color marrón oscuro, que podemos conseguir en las dietéticas. Una vez listas disolvemos la levadura en el agua y volcamos en el centro de la mezcla de harinas. Mezclamos bien y comenzamos a formar la masa. Primeramente será una masa más seca, pero a medida que comience a hidratarse la harina de centeno comenzará a volverse más pegajosa. Agregamos la manteca y amasamos bien. Si se vuelve muy pegajosa incorporamos un poquito más de harina y continuamos amasando. Formamos una masa lisa y suave y una vez lista colocamos en un molde para budín enmantecado. Pintamos la superficie con agua y sobre esta espolvoreamos semillas o avena.
Dejamos reposar por un largo tiempo en un sitio cálido. A esta masa le va a costar más fermentar. Una vez que la masa duplicó su volumen llevamos a horno medio precalentado durante 20 minutos como mínimo. Nos aseguramos que esté listo pinchando con un palito de brochete y retiramos del horno.
Este pan es ideal conservarlo en la heladera o freezeer. Para mayor comodidad podemos meterlo en el freezer ya porcionado e ir sacando las rodajas justas al momento de querer consumirlo.
Espero que les haya gustado la receta. ¡Hasta la próxima!