"Estuve pensando mucho la posibilidad de recibir preguntas de Fiscalía, pero en el marco de la investigación yo me sometí a indagatoria y a una entrevista informal donde conté mucho de los hechos y situaciones que se planteaban y no fue para nada tenido en cuenta lo que declaré. No es momento para responderles preguntas y exponerme a la trampa, lo capcioso y la descontextualización que nos han mostrado acá", comenzó declarando el cuñado del exgobernador Sergio Urribarri.
Aguilera está imputado por dos hechos en el marco de este megajuicio por corrupción: las contrataciones del Estado para con las empresas TEP y NEXT SRL y la constitución del parador en Mar del Plata que promocionaba el "Sueño Entrerriano".
En su discurso ante el tribunal, priorizó una defensa más bien política y se refirió puntualmente a cuestiones técnicas ante la consulta de su abogado, Marcos Rodríguez Allende: "A lo largo de este juicio ha quedado claro que los hechos que se me imputan no tienen sentido. Mi familia, yo y el espacio político al que pertenecemos hemos sido sistemáticamente machacados por un relato jurídico y mediático que nada tiene que ver con la realidad".
En esa línea, aseguró que tanto él como Urribarri, el exministro Pedro Báez y el exministro Hugo Marsó formaron parte de "un proyecto político que realizó transformaciones en la provincia" y que a sus hijos le cuenta todo lo que hicieron con "el tío Pato" y que "por eso tenemos los problemas que tenemos". "Se ha caratulado este proceso como el megajuicio, cuando en verdad estamos analizando un aspecto chiquito de la política comunicacional en el marco de todo lo que fue nuestro gobierno, es como encontrarle el pelo al huevo", aseveró.
En esa línea, apuntó contra ANÁLISIS: "No es casual que este proceso haya comenzado por una nota periodística. Un medio de comunicación y dos o tres seguidores, que no son de alcance masivo, pero que operan en el microclima político y judicial, intentando influir, condicionar, muchas veces intimidar, con verdades relativas y mentiras impiadosas".
Acto seguido, apuntó contra los fiscales y aseguró que "muchas veces trabajan en connivencia" con estos medios de comunicación: "Como se demuestra por ejemplo en el marco de otra investigación de esta misma naturaleza -en relación a la causa de los contratos truchos de la Legislatura, en la que también está imputado Aguilera-, en los metadatos de información de ese medio, se comprobó que esa información sugirió de las computadoras de Fiscalía", dijo.
Enumeró una serie de publicaciones periodísticas que, según Aguilera, fueron "excesos". Negó haber sido un "preso VIP" durante su estadía en la Unidad Penal N° 1, de la cual salió en libertad en pleno el 24 de diciembre en una audiencia promovida por un Hábeas corpus en base a que en las cárceles no se diferenciaban en pabellones distintos a los presos condenados con los que tenían prisión preventiva.
"En el marco de otra causa, cuando fui detenido, ese medio hablaba del preso VIP y se controlaba como en la época del proceso a la gente que me iba a visitar, siempre generando situaciones de intimidación y condicionamiento. Atravesé todo ese proceso como uno más, adaptándome a los reglamentos de la unidad penal", aseguró.
Luego, volvió a arremeter contra la Justicia y las presuntas vinculaciones con los medios: "Hasta las carátulas de estas causas se construyeron en base a ese relato. Como si fuera un guión de una serie de Netflix".
"No nos sorprendamos que estos días, antes de que el tribunal tenga que tomar las decisiones, aparezcan nuevos capítulos de esos medios y relatos", advirtió y calificó todo esto como "una construcción perversa".
Aguilera pretendió vincular su situación con la que está atravesando la Procuradora Adjunta Cecilia Goyeneche y, según el cuñado de Urribarri, la situación del Jury de Enjuiciamiento "confirma esta connivencia" entre Fiscalía y los medios: "Salió nuevamente a usarnos a mí y a nuestro espacio político, como chivos expiatorios de la situación que ella está viviendo. La verdad, es que la mismas personas que nos denunciaron a nosotros son las que denunciaron a ella".
"Urribarri está lejos y nosotros vivimos para defendernos de este relato. Todos somos iguales ante la ley y como funcionarios públicos tenemos que dar explicaciones, ella también", cargó.
Explicó que no pidió derecho a réplica en los medios porque "por ahí te ponen en una última página y nunca va a ir en contra de la línea editorial". "El mejor ámbito es acá, donde se define lo justo. Lamentablemente los tiempos judiciales no son los mismos de como se construyen los relatos mediáticos", insistió.
Aseguró que "este tipo de prácticas le hace mucho mal a las instituciones" y le reclamó mayor vehemencia a la clase política para denunciarlo.
"Desde que comenzó este juicio, pensé mucho en esto, si el que se sentaba acá era el verdadero Juan Pablo Aguilera o esta construcción que se ha hecho de mi persona. El que está sentado acá es producto del relato y no el verdadero, que no se tuvo en cuenta en el marco de la investigación", analizó hablando en tercera persona de sí mismo.
Dijo que lo que está sufriendo "está pensado para difamar y desacreditar la militancia política" y agregó: "Porque yo, fundamentalmente, soy un militante que cumplí un rol, que he tenido muy buenos resultados y que estoy orgulloso de eso".
"Me parece importante destacar el dolor y la angustia que ha generado esta situación. Se ha llevado gente, Hugo Céspedes no pudo demostrar su verdad y, en estos momentos, este proceso se está llevando a mi suegro: ayer nos informan los médicos de que es cuestión de horas, realmente estaba obsesionado con este juicio. Yo quería más nada en el mundo que nos pueda escuchar, a Luciana, que le había mostrado mucho de como se venía preparando para venir acá. Lamentablemente no la pudo escuchar", relató.
El Sueño Entrerriano "era posicionar a la provincia a nivel nacional"
Aguilera explicó poco de la acusación técnica en su contra. Se lo acusa de interesarse en la contratación por parte del Estado para con las empresas de sus amigos y familiares TEP y NEXT SRL. Firmas que para el MPF son propiedad del propio Aguilera aunque figuren como propietarios Maximiliano Sena, Emiliano Giacopuzzi -ambos amigos de Aguilera- y su esposa Luciana Almada y su cuñado Alejandro Almada.Sin embargo, para Aguilera, el denominado "Sueño Entrerriano" no fue una precandidatura a presidente sino "el posicionamiento a nivel nacional de la provincia".
Todo esto habría empezado tiempo antes: "Decidimos políticamente, proponerle a nuestra comunidad, electoralmente, en las elecciones intermedia del 2013, la inserción en el orden nacional. No lo hicimos a espaldas de nadie ni a escondidas de nadie. Nos propusimos legitimar la inserción nacional de la provincia en el país, ese fue el sueño entrerriano".
"A esta actividad la acompañamos con cartelería y pasacalles con la imagen de nuestro conductor. Con este proceso, logramos estar en la mesa nacional de Daniel Scioli, candidato a presidente en la campaña del 2015", expresó Aguilera.
Se defendió y dijo que toda su actividad vinculada a la campaña tuvo que ver con su rol en el Partido Justicialista y no como funcionario público: "Lamentablemente, Fiscalía ni siquiera levantó el teléfono al PJ para preguntar si yo cumplía algún papel. El relato jurídico y mediático con el que se construyeron estas causas, no se lo permitía. Hubiese sido de gran aporte para conocer los hechos como verdaderamente fueron y no quedara tan evidente, soslayado, el rol que tuve durante 20 años".
Defendió a Sena, Giacopuzzi y los Almada. Dijo que fueron "desvalorizados" por el MPF: "Se los trató de prestanombres. Un insulto para ellos y para mi inteligencia, desde el sentido común, un prestanombre no puede ser una persona que te vinculen tan fácilmente".
"Ellos siempre estuvieron vinculados a la actividad gráfica. Empezaron desde abajo y se hicieron un nombre. En un momento mi señora y mi cuñado empezaron a trabajar con ellos", dijo.
Reconoció que utilizaba oficinas de las empresas, pero dijo que se la prestaban para realizar "tareas de logística" vinculadas a la distribución de material de campaña. "Para ellos era muy beneficioso porque los exponía con gente que le servía para su actividad comercial", dijo Aguilera.
Además, se sinceró: "Pude haber atendido a algún dirigente o proveedor de campaña y quizá por eso se han dado las confusiones que nos trajeron hasta acá".
Negó haberse interesado por las contrataciones del Estado para con las empresas de su entorno: "Yo no me involucraba en las contrataciones del Estado con el tema publicitario ni ninguna contratación. Sería una falta de respeto a la confianza que me dio Urribarri si yo me ocupara de atender un quiosquito".
"Por su puesto, yo muchas veces, la escuchaba y trataba de acompañar a Luciana en el marco de sus problemáticas de trabajo. Pero jamás gestioné un expediente, un pago. Jamás vendí nada de ellos ni de nadie", expresó.
Negó que Corina Cargnel sea su contadora y aseguró que el profesional que lleva adelante sus cuentas es José Saúl. El mismo que de Urribarri, Claudia Mizawak y el empresario José Marizza.
"Fiscalía tiene los elementos para saber que mi contador es José Saúl. Corina nunca fue mi contadora personal. Lo que sí pasó con ella es que hay una situación personal, tengo un tío que cumple 80 años, no me acuerdo en qué momento manifesté mi preocupación por la administración de sus propiedades siendo un simple monotributista. Luciana me dijo que le hable a Corina para que monitoree esa situación y se lo planteamos. Ella no tuvo ningún problema", relató.
Respecto a la agenda personal de Aguilera, que está incorporada como prueba en el juicio, obtenida en los allanamientos, el cuñado de Urribarri aseguró: "Lo de la agenda personal: Luciana ya lo contó acá, ellas trabajaban en conjunto. Aparentemente, ella llevaba una agenda de temas para hablar conmigo que la construía con Corina, entiendo, no lo tengo muy claro".
Además, se defendió explicando que tuvo otro vínculo profesional con Cargnel: "En 2014 ó 2015, le pedí a Emiliano (Giacopuzzi) que me ponga alguien para hacer el seguimiento de mi vínculo con Carlos Vitagliano, de Buenos Aires, porque estaba buscando un proveedor que me facilite volumen, tiempo y costo para la campaña nacional".
"Me había comprometido a hacer desembolsos periódicos y no quería quedar tan informal ante esta relación en CABA. Esa persona era Corina Cargnel", se excusó.
Posteriormente intentó explicar por qué su nombre aparecía en una nómina de la empresa 5 Tipos (nombre público de la firma de Giacopuzzi y Sena) como gerente general: "Lo concreto es que en el marco de la apertura de la librería Alfa y de la relación que construyó Luciana en CABA, trajo algo muy novedoso, la asistencia de un couching. En ese contexto, se hicieron encuentros y capacitaciones, donde alquilaron una quinta un fin de semana y Luciana me invitó a participar", comenzó su relato.
Tal como dijo la propia Almada durante su declaración, en ese encuentro se habría elaborado ese organigrama: "Los chicos eran buenos emprendedores, pero a medida que crecían naturalmente se iba complejizando su gestión, tenían un despelote bárbaro. Esta capacitación tenía como propósito ayudarlos a mejorar la gestión comercial. Sí, yo aparezco en ese manual, pero eso era una construcción pedagógica en el marco de esa construcción".
El parador playero
Respecto a la acusación en su contra respecto al parador en Mar del Plata, Aguilera dijo que no participó del proceso licitatorio.Durante su alocución, quedó en claro que estaba en Buenos Aires, en la Casa de Entre Ríos como funcionario a cargo, justo en el momento en que buscaban posicionar la provincia a nivel nacional y en simultáneo con las intenciones públicas de ser precandidato a presidente por parte de su cuñado Urribarri.
Cabe recordar que en el marco de esa causa, en la que también está investigado Gerardo Caruso, figura como prueba un "esquema de devolución" del dinero que el empresario de Fútbol Para Todos le devolvía a Aguilera: "Cuando se inauguró el parador, en algún momento Caruso me aparta y preocupado me manifiesta si yo podía hacer algo por él, porque veía que se le estaba yendo de las manos la cuestión financiera y poder llevarlo adelante".
Aguilera, intentó explicar que Caruso "estaba viendo un problema con Turismo y el receso administrativo del verano" que además "estaba preocupado". En esa línea, dijo: "Me planteó si podía hacer algo al respecto. Yo en ese momento me había instalado en Mar del Plata, porque la rosca política estaba en la costa. Todo en el marco de la construcción política que se dio durante el 2014 y marzo del 2015. Yo contaba con un presupuesto del PJ, tomé una decisión y lo auxilié financieramente con ese dinero".
"Grueso error, porque pensé que me lo iba a devolver rápido, pero se dilató en el tiempo y en un momento le tuve que decir que me devuelva en parte pagándole a los proveedores que yo había contratado con el partido. Lo auxilié en el problema que tenía en ese momento, para no entrar en tema del roce, pedir que muevan un expediente y pagos. No tenía mucha relación con Economía, directamente decidí eso", relató.