“Políticamente, creo que todos tenemos nuestro corazoncito, pero hacer públicas las opiniones está dentro de las restricciones”, declara en el inicio de un año electoral, ya liberado de las limitaciones que imponen la magistratura y el funcionariado del Poder Judicial.
Su carrera judicial se extendió entre 2002 y 2019, años en los cuales se desempeñó como juez de Paz de Villa Elisa y luego en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Colón, cinco años como magistrado interino y el último tramo en la secretaría.
-Habida cuenta de las restricciones que impone la carrera judicial, ¿en algún momento le costó contener sus ganas de involucrarse o de sentar posición respecto a algún tema de interés público?
-A mí no me costó.
Políticamente, creo que todos tenemos nuestro corazoncito, pero hacer públicas las opiniones está dentro de las restricciones y forma parte de los deberes que uno debe cumplir.
Contrariamente a lo que mucha gente cree, la carrera judicial impone sus restricciones. Hay una que puede sonar banal pero es bien ilustrativa: la imposibilidad de concurrir a casinos o salas de juego.
O bien la de comportarse de determinadas formas, la inhabilitación para el ejercicio de la profesión o cualquier actividad comercial. Incluso, la imposibilidad de integrar comisiones permanentes y, siendo magistrado, la de ejercer la docencia.
Respecto a los beneficios, no puedo negar que tenés un buen sueldo y, por ende, una buena jubilación. Pero los privilegios están sobre un estante y es uno quien decide si utilizarlos o no.
-¿Cree que la participación política debería flexibilizarse o sincerarse dentro del Poder Judicial, al menos en aquellos fueros en los cuales no se generen conflictos de intereses?
-No, porque sería muy peligroso.
Ello llevaría a la partidización y a algo peor aún que está detrás de eso: la ideologización. Es decir, si yo estoy en la carrera judicial y simpatizo con un partido es porque simpatizo con sus ideas, lo cual me restaría credibilidad como funcionario o como juez.
Un funcionario público que pierde la credibilidad, también pierde la autoridad. En mi opinión, la autoridad está cimentada en la legalidad respecto a cómo se llega a ocupar un determinado cargo y en la credibilidad que ostenta la persona.
Si no soy creíble, puedo firmar las mejores sentencias, ¿pero cómo las puede interpretar la sociedad sabiendo de donde vienen?
También por el hecho de que no se puede pretender ser y hacer todo.
-Si trasladáramos estos mismos conceptos al plano municipal, ¿cómo encuentra a Villa Elisa?
-Ha habido una gran degradación de la institución municipal, lo cual se traduce en una mayor queja del vecino y en una creciente conflictividad con la municipalidad.
En Villa Elisa pagamos las tasas municipales más caras del Departamento Colón, ¿para mantener qué estructura?
No encuentro prioridades dentro de las obras públicas, más bien un continuo maquillaje. Noto que el personal está desmotivado, de hecho he escuchado quejas respecto al régimen de selección y ascenso.
Tenemos un gran déficit habitacional, que solucionarlo depende en gran medida de la Provincia y la Nación, pero a eso hay que gestionarlo.
“Unidos por Villa Elisa”, un rompecabezas en pleno armado
A partir de su graduación como abogado en el año 1984, el doctor Tournour trabajó en la asesoría legal de la que hoy considera “degradada” Municipalidad de Villa Elisa y en el Concejo Deliberante local, como así también en el Juzgado de Faltas.Desde su despacho situado en plena Avenida Urquiza, analiza que hoy en día “hay una explosión de partidos vecinalistas” en la provincia de Entre Ríos, “donde los vecinos dicen ‘me quiero hacer cargo yo’ y dejar de depender de los partidos tradicionales”.
Así, el exjuez comienza a delinear lo que será “Unidos por Villa Elisa”, sostenido en la estructura partidaria de la Unión Vecinal y buscando constituir un gran frente dispuesto a “interrumpir un monólogo de 40 años” de radicalismo, que le hizo valer el mote de “porfiada”.
-No sé hasta qué punto está garantizada la plena democracia sin alternancia, por eso vemos una gran degradación en la institucionalidad a partir de estas contrataciones directas a familiares que han salido a la luz y que, como mínimo, llaman la atención.
Recuerdo haber visto en otras épocas, desde la asesoría legal, cuando un entonces concejal (en referencia a Marcelo Monfort, luego intendente y diputado nacional por el radicalismo) denunció penalmente al intendente Elcio Viollaz, de su mismo partido, por haber comprado dos computadoras en forma directa.
Si naturalizamos lo irregular, no tendremos un buen camino.
La gente que llega de afuera nos valora y nos respeta como ciudad, pero Villa Elisa está decayendo y, si salimos del centro, vemos como el crecimiento no se está dando en forma planificada. Y todo eso no es gratuito, porque después cuesta en la extensión de los servicios.
Es contradictorio que se habilite la urbanización en zonas que no tienen servicios y que no se permita en zonas que sí los tienen o pidiendo que los lotes sean de determinadas extensiones.
-Aquí aparece el déficit habitacional, que ha quedado en evidencia en el último tiempo ya no solo por el acceso a la casa propia, sino por algo más elemental como conseguir un alquiler. ¿Qué puede hacer una municipalidad frente a este problema?
-La Ley de Alquileres que está vigente es un adefesio legal que no sirve para nada, porque además es un rubro que lamentablemente se rige por la llamada “ley de mercado”.
Entonces, ¿qué puede hacer la municipalidad frente a esto? Tratar de aumentar o facilitar la oferta, subdividiendo lotes que sean generosos de tamaño. Se podría decir que para una municipalidad es negocio incorporar nuevos contribuyentes.
Y después, gestionar, gestionar y gestionar planes, financiaciones, sistemas de autoconstrucción.
El gobierno municipal anterior, con un diputado nacional (otra vez hace referencia a Monfort), ¿qué se consiguió para Villa Elisa?
-Sin embargo, algunas excepciones a la normativa vigente para la subdivisión de lotes, han generado controversias. ¿Usted plantea un cambio total del Código de Ordenamiento Urbano?
-Hace 25 años, intervine en la elaboración de la primera ordenanza sobre planificación urbana, cuando comenzó la explotación de construcciones con el auge de las termas.
Obviamente, eso debe ir actualizándose en forma periódica, cada cinco o diez años, de acuerdo al crecimiento de la población.
Las leyes no deben ser estáticas, sino que deben contemplar y regular la realidad para así poder aplicarlas.
-Usted hacía hincapié en la gestión legislativa. ¿Hay posibilidades de que el vecinalismo tenga un candidato departamental para el Senado o de pegar boleta con alguno de los frentes nacionales?
-Quienes ya tienen una raíz política, seguramente voten a sus correligionarios o compañeros por fuera de la elección local. Pero nosotros, como frente, iremos con boleta corta.
-“Unidos por Villa Elisa”. ¿Quiénes son los que se unen?
-El grupo tiene mucha gente valiosa, como ser Mirta Bonnot (de origen radical, viceintendenta de Leandro Arribalzaga), Marcelo Favre (de extracción peronista, dirigente deportivo y candidato a la intendencia en 2019) y “Poli” Firpo (sin antecedentes en política, comerciante y dirigente del sector turístico).
Son referentes con experiencia en política a través de otros partidos y personas independientes, que llegaron a la Unión Vecinal planteando hacer algo nuevo y más amplio, dado que desde sus actuales espacios veían que no podían producir cambios.
Hay una coincidencia de inquietudes que no se pueden canalizar a través de los encorsetados partidos tradicionales, por eso considero que es una buena oportunidad para Villa Elisa interrumpir el monólogo y romper con una continuidad de 40 años.
Hay dos alternativas: una es sumarse y la otra es quedarse, por eso invitamos a acercarse y participar desde este nuevo espacio.
-En una conformación tan variopinta, ¿sería posible que hubiera más de un candidato dentro del mismo frente?
-No, habrá una sola lista.
Ya estamos viendo algunos nombres y, al mismo tiempo, comprobando que sean aceptables y aceptados por la comunidad. En esa medida, se hará la distribución.
-¿Usted será candidato?
-Mi compromiso es trabajar con el grupo, aportando todo lo que pueda aportar en este momento de conformación y ejerciendo un rol de vocero, pero vamos a tratar de que no.
Tengo 66 años. A quienes me dicen que sea candidato, les pregunto bromeando si quieren un (Joe) Biden como intendente.
¿Por qué no alguien nuevo, gente más joven?