Drew es hija de John Drew Barrymore y de Jaid Makó, ambos ex actores. La actriz estadounidense siempre estuvo rodeada del glamour del viejo Hollywood y en contacto con grandes estrellas del cine, como es el caso de sus padrinos; el director de cine ,Steven Spielberg y la iconica actriz, Sophia Loren. Como se diría en la jerga popular, Drew desde pequeña “mamo” el glamour y la fama de una familia que arraigo sus raíces en una industria prometedora y resplandeciente pero como también se dice, no todo lo que brilla es oro y la joven Barrymore, fue cegada por ello en varias ocasiones.
El inicio del sueño disfrazado de excesos
Con apenas un año su madre comienza a llevarla a diversos castings de televisión y con tan sólo dos años obtiene pequeños papeles en las series ‘Suddenly, love’ o Bogie’. Se debut en la gran pantalla llega en 1979 en ‘Un viaje alucinante al fondo de la mente’, filme dirigido por Ken Russell, aunque el éxito llega tres años más tarde, en 1982, gracias a su papel en ‘E.T. El extraterrestre (E.T. The Extra-Terrestrial)’ , dando vida a la pequeña Gertie. El mundo estaba conociendo el nombre de Drew, una niña adorable, simpática y talentosa que representaba el sueño de ser un niño o niña Hollywood.Tras el inminente éxito del filme dirigido por su padrino, Spielberg, Drew Barrymore se había convertido en un icono infantil para la época con apenas 8 años de edad pero ese éxito arrasador solo era una cortina de humo en la cual, se escondía la infame crianza y explotación a la que la niña Barrymore fue sometida. Durante esta época, protagonizó los filmes Ojos de fuego’, ‘Diferencias irreconciliables’ y ‘Los ojos del gato. La relación con su padre fue distante, fría y complicada. La carrera de John se estancó durante años a raíz de sus problemas de adicción, además de ser violento en innumerables ocasiones. Respecto a la adicción de su padre Drew dijo “Como niña, fue difícil entender como mi padre eligió a las drogas por sobre su paternidad”.
Su padre abandonó su casa pocos meses antes de que naciera la actriz, que quedó al cuidado de su madre, la cual acabó convirtiéndose en su representante y, en poco tiempo, su compañera de fiestas. “Ella era más como una mejor amiga. Me decía, ‘¿quieres ir a la escuela y que te acosen o venir conmigo al Studio 54?'”, explicó la actriz en el programa de Norm MacDonald, refiriéndose a uno de los locales más conocidos de la noche neoyorquina caracterizados por el consumo desenfrenado de drogas exclusivas.
Drew a sus 9 años ya sabía el sabor del alcohol y tenía prohibido consumir golosinas para evitar subir de peso por miedo a que directores y productores la dejasen de llamar. “Mi madre no me dejaba comer azúcar. Studio 54, la hierba y el alcohol les parecía bien, pero no me dejaban ni tocar el azúcar”. El mundo estaba al revés, de repente Barrymore, era una niña a cargo de su propia vida que acompañaba a su única y principal cuidadora que era su madre quien la traicionó desde el momento uno que la llevo a Studio 54, entregándole las llaves de la vida de su pequeña al mundo depravado y hostil de las drogas. Según ha contado en algunas ocasiones, con diez años se fumó su primer cigarrillo de marihuana , mientras que a los 12 era consumidora regular de cocaína, además, por supuesto, de que bebía con alcohol con total normalidad. Un intento de suicidio impulsó a su madre a tomar cartas en el asunto e ingresarla en un centro de salud mental con 13 años, donde estuvo internada durante 18 meses y que fue una etapa hostil para la actriz, quien aún era una niña. A los 15 años publicó su autobiografía, ‘Little Girl Lost’ (1990). Tuvo un noviazgo con el productor Leland Hayward, entonces de 24 años de quien se separó tiempo después. Luego de algunos meses, anunció su compromiso con el actor James Walters en 1992. La familia reconoció, aliviada, que Drew había superado sus problemas adictivos. Tras el rodaje de ‘Bad Girls’, el 20 de marzo de 1994 se casó con Welshman Jeremy Thomas, propietario de un bar, 12 años mayor que ella, quien entonces tenía 19. Se habían conocido hacía un mes y el matrimonio duro 21 días.
La vida después de una adicción
Salió de la clínica con otra mentalidad: había llegado hasta ahí porque era demasiado precoz y no había nadie alrededor para cuidarla, era tiempo de cuidarse sola. “Me emancipé de mi madre y me convertí legalmente en una adulta”. Barrymore cuenta que fueron los profesionales de la institución los que le aconsejaron que si iba a volver al mundo, iba a estar mejor por si sola. “Mis padres no me habían enseñado a respetarme, lo aprendí ahí adentro”. Al recuperarse de una adicción debía enfrentar una nueva lucha: recuperar su honor y su vida. A los 15 y ya era un juguete apartado de Hollywood. Alguien que había sido alguien pero que ya no era nada . No era fácil sacarse la etiqueta de muñeca rota . Los directores de casting se reían de ella, nadie confiaba en su recuperación. Lo que hizo fue afrontar su realidad: trabajó como moza en restaurantes y limpió baños y tomó uno de los pocos consejos que le había dado su padre: no tener expectativas y aprendió a tolerar que le preguntaran si había sido Drew Barrymore y a contestar que sí, y que todavía lo era.Tres años después, a los 17, volvió al cine con un papel equivalente a su imagen pública: la adolescente peligrosamente sensual del thriller Poison Ivy (1992). Un poco más tarde posaría desnuda para Playboy. Fue cuando su padrino Spielberg le mandó de regalo una manta enorme con una nota que decía: “Cubrite”. Sin embargo, llegó a fundar su propia productora, Flower Films, con la que protagonizó ‘Nunca me ha besado’ o ‘Los ángeles de Charlie’ junto a Lucy Liu y su amiga, Cameron Díaz y fue entonces cuando su carrera volvió a despegar convirtiéndose en una de las actrices más reconocidas y queridas por el público. Drew por fin estaba teniendo su revancha después de caer en varios pozos oscuros. Fuera de la ficción, en cambio, su vida sentimental era bastante más agitada que la de su Josie Grosie. Se casó a los 19 con el dueño de un bar, pero se separó un año después; tuvo una larga relación con el baterista de los Strokes Fabrizio Moretti, y volvió a casarse en el 2001 con el comediante Tom Green, aunque el matrimonio duró menos de seis meses.
En 1993 Drew Barrymore consiguió una nominación al Globo de Oro como mejor actriz por Gun Crazy En ese año protagonizó Boys on the Side, junto a Whoopi Goldberg , realizó un cameo en el filme de Joel Schumacher, Batman Forever.
Al año siguiente hizo otro cameo en la exitosa película de terror Scream. Siguió trabajando en comedias románticas como Wishful Thinking (1997), The Wedding Singer (1998) y HomeFries (1998).
Su papel en el drama de época Ever After (1998) ofreció una versión moderna del clásico cuento de hadas de Cenicienta. En 2000, fue nominada para un premio Emmy por su actuación en Olive, the Other Reindeer. En 2002, apareció en Confessions of a Dangerous Mind, junto a Julia Roberts y apareció junto a Ben Stiller en Duplex.
Posteriormente, actuó en Fever Pitch (2005), en Music and Lyrics (2007), He's Just Not That Into You (2009), Going the Distance (2010) y Miss You Already (2015). En 2012, protagonizó Big Miracle, un drama romántico basado en el libro de 1989, Freeing the Whales. Desde 2017 protagoniza junto a Timothy Olyphant la serie de comedia de Netflix, Santa Clarita Diet. Barrymore protagonizó The Stand En, que tenía previsto estrenarse en el Festival de Cine de Tribeca en abril de 2020, pero fue cancelado debido a la pandemia de COVID-19.
El 14 de septiembre de 2020, Barrymore estrenó su programa de entrevistas, The Drew Barrymore Show.
El 2 de junio de 2012 se casó en una ceremonia íntima celebrada en su finca de Montecito, California con Will Kopelman. La boda se adelantó al saber la pareja que Drew estaba embarazada.Dio a luz a su primera hija, Olive el 26 de septiembre de ese mismo año. Después fueron padres de Frankie nacida en abril 2014. El 2 de abril de 2016, Barrymore y Kopelman anunciaron su separación. El 3 de agosto de 2016, se divorciaron.
Una fuente anónima dijo a Life & Style que Drew no tiene intenciones de volver a casarse, pero que está abierta a enamorarse de nuevo. “Creo que estoy en el mejor lugar en el que he estado y me tomó mucho tiempo llegar aquí”, contó luego de revelar que ingresó al mundo de las aplicaciones de citas, pero por ahora no quiere a nadie tratando de cambiarla.
Aunque en su familia la actuación es algo que se ha llevado en la sangre durante siglos, jamás permitiría que sus hijas fueran niñas actrices: “Crecer en un set no es normal. A mí me salvó la vida, pero mis hijas son amadas y cuidadas: no necesitan de ese mundo para que su vida sea mejor”.
Casi no volvió a tener contacto con sus padres y su padre murió hace más de una década, pero en Wildflower dice que se asegura siempre de que su madre tenga lo que necesita. “No podría funcionar sin saber que está bien y cuidada. Estoy agradecida con esa mujer por haberme traído al mundo. Por poco ortodoxa que haya sido nuestra vida juntas, no le guardo rencor porque me gusta quién soy. Y para eso fue necesario cada paso del camino”.
Drew es una persona que paso de ser una estrella infantil y adicta a los excesos , adolescente abandonada a su suerte a una mujer que torció ese destino que esta marcado para los juguetes rotos de Hollywood y que se dio ese valor y cuidado que no le dieron durante su infancia. Una de las formas más fáciles de causarles dolor a los niños es dejarlos a su suerte en un mundo que solo busca devorar su inocencia y convertirla en una fuerte dependencia a los consumos problemáticos. Drew fue esa niña.