Valga esta introducción para entender el malestar que invadió a algunos que escucharon atentamente el discurso con el que la Doctora Susana Medina de Rizzo, presidenta del Superior Tribunal de Justicia, abrió el año judicial 2023.
Las crónicas que reflejaron el hecho resaltaron su desenvoltura y su fluidez. “Se mostró segura y descontracturada”, definió un medio paranaense. Esto en cuanto a las formas. Respecto del contenido, no pasaron desapercibidos varios gestos.
Veamos algunos ejemplos. Elogió a la ciudadanía, demandando lenguaje claro a magistrados y magistradas. Hacia los empleados judiciales, por quienes pidió aplausos. Y, en un plano mucho más político aún, envió una señal hacia la Legislatura, resaltando su rol. “Buenas leyes y buenos jueces son la combinación necesaria para lograr una gestión judicial de calidad”, dijo. La completó con un reconocimiento al “acompañamiento del Poder Ejecutivo”, que aportó los recursos presupuestarios.
Así las cosas, ¿de quién o de quiénes se olvidó?
Combinando las teclas Ctrl+F en el archivo PDF de su discurso, es posible constatar que una sola vez aparece la palabra “abogado” y no para hablarle a los profesionales del derecho sino porque está inserta en una cita que le sirvió a la Doctora Medina para insistir con el lenguaje claro y conciso.
La palabra “abogada” no aparece nunca.
Y “abogacía” sólo cuando aludió a la Mesa Interinstitucional de la que participaron representantes de los Ministerios Públicos de la Defensa y la Procuración, la Asociación de la Magistratura y la Función Judicial, el Colegio de la Abogacía, el Poder Legislativo y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Según pudo saber El Entre Ríos, la ausencia de tan siquiera una oración que recordara la labor del “abogado y la abogada de a pie”, motivó comentarios críticos en los días subsiguientes. “Nos dolió a todos, aunque la mayoría prefiere no decirlo, para no incomodar”, explicó un profesional del derecho.
Aunque El Entre Ríos no pudo acceder al texto, trascendió que desde la presidencia de una de las seccionales partió una misiva dirigida a la Doctora Medina, en la que se le hizo notar el olvido en el que incurrió.
Al parecer, el firmante apeló a la diplomacia, en especial al expresar su deseo de que la omisión haya sido producto de un mero olvido y no el resultado de una expresa intención de desconocer a los miles de profesionales del derecho que no son ni funcionarios ni empleados del Poder Judicial, pero cuyo aporte es sustancial e insustituible para la sustanciación de cada trámite judicial.
