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El presidente y el vice de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Ojea y Marcelo Colombo, expresaron a dirigentes de varios organismos de derechos humanos que la actuación del sacerdote Javier Olivera Ravasi, que organizó la reunión de diputados nacionales como el entrerriano Beltrán Benedit con represores en la cárcel de Ezeiza, no representa el pensamiento ni la acción de la Iglesia Católica.

Los prelados recibieron a integrantes de la Asociación Permanente por los Derechos Humanos (APDH), la seccional La Matanza de esa entidad, HIJOS Capital, el Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos y la Comisión por la Memoria, Verdad y Justicia de Zona Norte.

La Iglesia ya había tomado distancia de la actuación de Olivera Ravasi, hijo de un exmilitar condenado por delitos de lesa humanidad, que promueve que los represores mayores de 70 años de edad cumplan las penas en sus domicilios. El vocero de la CEA, Máximo Jurcinovic, advirtió que “lo expresado y actuado por el sacerdote en relación a la visita de un grupo de diputados a Ezeiza no corresponde ni al pensamiento ni a la actitud de la CEA” y agregó que “se trata de una acción particular y personal del mencionado sacerdote”.

“Dicha visita se encuentra dentro de la investigación que lleva adelante la Justicia Federal de Lomas de Zamora. La mirada de la Iglesia Argentina sobre este tema se encuentra presente en la publicación realizada el año pasado en los tres tomos de la edición ‘La verdad los hará libres’ que fue encargada por la CEA a la Universidad Católica”, afirmó.

Olivera Ravasi quedó en medio de la polémica al ser señalado por al menos dos diputadas de un contingente de seis legisladores de “La Libertad Avanza” que fueron al penal federal para reunirse con condenados por delitos de lesa humanidad. En ese encuentro, que provocó las críticas de la mayoría del cuerpo y hasta de pedidos de expulsión, los represores detenidos le entregaron un proyecto de ley para solicitar que la pena sea cumplida en el domicilio y que, aquellos que no hayan tenido sanción y sigan con prisión preventiva, recuperen la libertad.

La decisión de recibir a los dirigentes de derechos humanos ante un pedido de audiencia es una muestra de la importancia que la cúpula de la Iglesia le dio al tema. Sigue la misma línea que inició el papa Francisco, que tuvo dos gestos inequívocos: recibió a la familiar de una de las monjas francesas secuestradas y asesinadas por la actuación de Alfredo Astiz, y recibió en Santa Marta a una víctima del exmarino condenado a perpetua.

Olivera Ravasi fue seminarista en el ultraconservador Instituto del Verbo Encarnado, de Mendoza, es abogado, se doctoró en filosofía e historia, fundó la Orden de San Elías a la que define como “una sociedad de vida apostólica que tiene por fin la misión ad gentes y el apostolado de la contra-revolución cultural” y sus manifestaciones públicas -es muy activo en redes sociales- suelen generar malestar en la Iglesia.

Además, es hijo de Jorge Andrés Olivera, un ex militar que fue condenado por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar, entre ellos figura la desaparición de la modelo Marie-Anne Erize.
Fuente: Infobae

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