Philipps afirmó este martes que -a mediados de marzo de 2015- se pagaron 280 mil pesos más IVA para la instalación de la publicidad en 100 carteles, haciendo un importe de 328 mil pesos aproximadamente. La Fiscalía le mostró documentación donde aparece consignado ese pago.
Una planilla de Excel con algunas celdas en amarillo flúor, nombres e importes. El testigo leyó su nombre, su número de teléfono, su correo electrónico. “Los montos coinciden con la factura de ‘X la plata’”, pronunció. “Evento de parador ‘La Perla’”, apuntó de inmediato, tras un repaso al renglón 30 de la planilla. –¿Tiene idea de qué significa eso? –preguntó el fiscal Francisco Ramírez Montrull.
–No, no tengo idea.
–A los nombres que están más abajo, ¿los conoce? ¿Puede leerlos?
–Tep SRL, Visual Ilusión, Megaprint, otros. No.
–Por último, en el renglón número siete, ¿puede leer lo que dice?
–F, O, no sé si es un cero o una letra o, creo que dice Foia –contestó.
“Foia” es el apodo de Gerardo Caruso.
Ante la pregunta del defensor Emilio Fouces, aseguró que “técnicamente” Juan Pablo Aguilera, que estaba al frente de la Casa de Entre Ríos en ese momento, quedó debiéndole dos meses de publicidad en los carteles, pero eso no está asentado en ningún documento y “lo mando a pérdida”.
Philipps es licenciado en Publicidad y según contó este martes a los jueces, fundó su empresa después de recibirse en la Universidad de Lomas de Zamora y, desde entonces, vende espacios publicitarios. Conoce a Juan Pablo Aguilera desde febrero de 2015, cuando lo contactó porque estaban ofreciendo carteles ruteros en la provincia de Buenos Aires.
Aguilera le preguntó al testigo cuál era el valor de esa oferta y qué disponibilidad había. Philipps dijo que habitualmente se venden esos espacios “para la instalación de un candidato no muy conocido en un área, se pauta campaña para hacerse conocido”. Apuntó que esa instalación suele hacerse fuera de época electoral, con anticipación, “un año previo para empezar a fogonear, a mostrar la imagen”. De inmediato, contó que el candidato por el cual averiguaba Aguilera “era Urribarri”.
“No es una campaña electoral, es muy común, en la publicidad no aparece un número de lista ni un partido, es la imagen de alguien que pretende ser candidato, un nombre y una referencia simbólica, o color político, a veces una fecha pero generalmente la obvian. Como en este caso, es muy sutil, a veces se usa terminología indirecta, como ‘el próximo paso Urribarri’, que claramente se refería a las próximas elecciones PASO, Urribarri. Cuando presentaron la gráfica que querían publicar decía eso. Era para hacerse conocer en esta zona”, aclaró el testigo.
Philipps dijo que fue contactado de la Casa de Entre Ríos, remarcó que en principio se comunicó con Aguilera pero varias veces habló del tema con Raúl “Tati” Galarza a quien reconoció como “asistente” de Aguilera: “Contaba con 100 carteles de una cooperativa de trabajo ‘X la plata’ y los ofrecía a quienes querían hacer campaña en la provincia. También lo ofrecí a otros candidatos o espacios como el GEN, porque la agencia hace intermediación”. En cuanto a la negociación con Aguilera, el testigo señaló que mediante “un acuerdo de palabra” le contrataron los 100 carteles en rutas de Buenos Aires. “Después se formalizó comercialmente. Era un acuerdo de tres meses, eso habitual. Generalmente usan tres meses y encuestan para ver si prendió o no la imagen del candidato”, aseveró.
Agregó que siempre recurre a la cooperativa de trabajo mencionada porque conoce a su titular y “es una empresa seria en la provincia de Buenos Aires. Como yo no tengo estructura, es una comodidad intermediar con esta gente que trabaja bien”.
“La instalación siempre la realiza el propietario de los carteles. Ellos tienen camionetas y colocan las lonas. Lo opcional es que el anunciante entregue las lonas impresas o solicite que se cobre esa producción de lonas. En este caso particular, pidieron los carteles con la instalación y ellos nos proveyeron las lonas. Generalmente en una semana o 10 días están todos colocados”, describió después.
En otro tramo de su testimonio, Philipps fue consultado por cómo fue la facturación. “Generalmente es mi proceder que las partes facturen directo, paguen y después acuerdo con la cooperativa de trabajo y ellos me pagan el canon por la gestión. Me dieron el CUIT, hicieron la factura a la empresa llamada ‘El juego en que andamos SRL’, creo que se facturó a esa empresa. El pago fue por transferencia bancaria. Se acordó un precio de 2800 pesos por cartel, por mes. Se hizo el pago del primer mes y después no pagaron más. Eso es muy habitual en política, es anecdótico, común. Siempre de palabra dicen tres meses, después pagan un mes y después no renuevan. Y así fue acá”, detalló. “La facturación se hizo a finales de febrero y a mediados de marzo transfirieron el pago”, acotó.
Philipps subrayó que es común de los políticos acordar de palabra más tiempo de contratación del que pagan después. “Cuando se ven carteles descoloridos en la ruta es porque el anunciante dejó de pagar, porque saben que uno no retira las lonas inmediatamente. Esto es muy común, se ve en las rutas”.
–¿Se considera acreedor de Juan Pablo Aguilera? –preguntó el defensor Fouces.
–No, a esta altura del partido no. Técnicamente Aguilera quedó debiendo porque los carteles siguieron dos meses más, pero no está documentado así que lo mando a pérdida.